Cap. XXII: De la
corrección
1Bienaventurado
el siervo que soporta tan pacientemente la advertencia, acusación y
reprensión que procede de otro, como si procediera de sí mismo.
2Bienaventurado el siervo que, reprendido, benignamente
asiente, con vergüenza se somete, humildemente confiesa y
gozosamente satisface. 3Bienaventurado el siervo que no es
ligero para excusarse, sino que humildemente soporta la vergüenza y
la reprensión de un pecado, cuando no incurrió en culpa.
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