EN EL MANANTIAL

EN EL MANANTIAL
ESTUDIO DEL PINTOR

lunes, 17 de noviembre de 2014

El ser humano, un ser para la felicidad... (AG)

En su comentario al Cantar de los Cantares, Bernardo de Claraval no teme afirmar que Dios nos ha deseado primero, hasta el punto de crearnos a su imagen. San Bernardo afirma expresamente: "Os aguarda el Padre y os desea... por sí mismo" Y santo Tomás, poco sospechoso, escribe: "El ser humano puede tender hacia Dios más vivamente por el amor que concibe pasivamente (o sea, concibiéndose amado por Dios) cuando Dios le atrae hacia sí, que cuando no tiene otro medio que su propia razón para impulsarle al amor". Parafraseando a santo Tomás, pero mirando acertadamente de reojo a Lacan, Julia Kristeva escribe:
«¿Tomista, Lacan?, ¿fue Marx hegeliano?, ¿el uno sin Dios, el otro sin Espíritu absoluto? Inútilmente, en el imposible y con todos los riesgos de fallo. Pues, si no hay Creador, ¿de dónde vendría ese bien appetibilis (apetecible) que nos haría amar?, ¿de dónde vendría la naturalidad significativa de las pulsiones del deseo, del amor? Descartando al Creador, descartamos al fundamento del bien»

miércoles, 12 de noviembre de 2014

...LA PUERTA DEL LABERINTO...


M. Eckhart dixit...








«La verdad es -escribe el Maestro Eckhart- que Dios sentiría una alegría tan grande e inefable por aquel que le fuese fiel, que aquel que frustrase esa alegría le frustraría totalmente en su vida, su ser, su deidad.., le quitaría la vida, si es que uno puede hablar así».

EL CÁLIZ QUE BENDECIMOS...


viernes, 7 de noviembre de 2014

...ABRIDORES...


APARTAMIENTO... Y CAÍDA...









APARTAMIENTO... Y CAÍDA...
Al apartarse del Principio de su ser y de todos los seres, el hombre cae en el no-ser: "Privados del pensamiento de Dios y vueltos hacia la nada (pues el mal es el no-ser y el bien es el ser), los hombres quedan privados también para siempre del ser". De este apartarse de Dios se derivan para el hombre todos los males, pues pierde todos los bienes divinos de los que ya participaba y que estaba llamado por naturaleza a poseer en plenitud. En efecto, "de Dios toma su bondad todo lo que es bueno; por tanto, el que se aleja de Él  va hacia el mal". Al apartarse de Dios, al negarlo e ignorarlo, el hombre se aparta de su auténtica naturaleza y de su verdadero fin que consiste en asimilarse a Él por el Espíritu. Pervierte así sus facultades, orientadas por naturaleza hacia Dios, y desvía las tendencias impresas en su naturaleza. De ello se derivan los peores desórdenes: para su ser entero, que deja de estar orientado hacia su objetivo normal; para su alma y su cuerpo, los cuales dejan de realizar su condición natural de unión con Dios. "El que se aleja de su propio principio, cuando resulta ser una parcela de Dios en razón de la virtud que se la ha dado, es arrastrado de manera irracional hacia el no-ser. Con motivo se dice que decae, pues ya no se mueve según su principio y su causa, según la cual, en la cual y por la cual ha venido a la existencia; se halla en un equilibrio inestable y en un espantoso desorden del alma y del cuerpo; se convierte en autor de su propia decadencia desde la causa inherente y siempre idéntica a ella misma hacia lo peor, por haberse apartado adrede. Por tanto, se dice que cae desde arriba, ya que, teniendo el poder de dirigir los pasos de su alma irresistiblemente hacia Dios, ha cambiado voluntariamente lo mejor y el ser por lo peor y el no-ser". (JCL; TEE)


jueves, 6 de noviembre de 2014

Selenitas en el Puerto de la Cruz...


SER O NO SER...




SER O NO SER
Fuera de Cristo, el hombre no es ni verdadera ni plenamente hombre; está por debajo de su naturaleza, vive con una parte de sí amputada, permanece en un estado de alienación. Sólo al convertirse en Dios por adopción filial en Cristo, el hombre llega a ser hombre integral, hombre perfecto, y se adecua a su propia naturaleza. Pues no tiene una naturaleza humana perfecta sino gracias a la unión con la naturaleza divina, lo cual se realiza en la persona de Cristo, y a su vez todo hombre puede realizarlo asimilándose a Él. El hombre es teantrópico por naturaleza: si no es hombre-dios a semejanza de Dios-Hombre no es hombre; el hombre, definido por sí mismo, independientemente de su relación con Dios inscrita en su misma naturaleza, es un ser no humano. No existe la naturaleza humana pura: el hombre es hombre-dios o no es. (JCL; TEE)