MOISÉS Y LA TIERRA PROMETIDA
Moisés no llegó a entrar en la tierra
prometida. La contempló a distancia, desde la orilla del Jordán, pero nunca
puso el pie en la tierra de Canaán.
Algunos creyentes han querido dar una
explicación teológica a este hecho. Así, por ejemplo, que fue un castigo de
Dios a Moisés por todas las veces que su confianza, durante el viaje a través
del desierto, no llegó al 100%. Con esto quieren dar una interpretación que
refleja su propia experiencia de Dios. Esta interpretación sugiere que Dios es
un juez severo y vindicativo.
Pero ésta no es mi experiencia de Dios,
y tampoco el reflejo de Dios que yo encuentro en las Escrituras. Para mí tiene
más sentido creer que Moisés no puso el pie en la Tierra Prometida porque ya estaba
en ella. Se hallaba, ya, recorriendo el viaje de la fe. Estaba, ya, viviendo en
el Reino. Ya había encontrado al Señor en el Sinaí; por tanto no debía ir a
ningún sitio más. Su viaje se había completado incluso antes de terminarlo.
Podemos ver, también, que no había nada en la orilla izquierda del Jordán que
no estuviera, ya, en la orilla de la derecha. En cierto sentido su punto de
destino no era un punto precisamente. Era el viaje en sí. (RR)
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