EN EL MANANTIAL

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ESTUDIO DEL PINTOR

jueves, 28 de enero de 2016

SAN MARCOS 4,21-25

Evangelio según san Marcos 4,21-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: «¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga». Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener».

...Marcos interrumpe la narración que recoge las parábolas para introducir estos tres dichos populares, probablemente con la intención de motivar a vivir lo que las parábolas proponen.
El primero hace referencia a la luz, cuya naturaleza es alumbrar: no puede no hacerlo. El segundo afirma que, gracias a ella, lo que antes nos quedaba oculto, puede ser descubierto. Y el tercero es una invitación a acoger, como "tierra buena", la semilla-palabra de Jesús, ya que de esa misma actitud depende el crecimiento.
La luz no pude no alumbrar. Del mismo modo, la persona que vive en conexión con su verdadera identidad iluminará a los demás -no hace falta ser doctor para eso-. No porque se lo proponga, a través de un esfuerzo voluntarista, sino por sí misma. De hecho, si estamos atentos, cualquier persona puede iluminarnos porque, en último término, nuestra identidad es luz. Esto explica que todos podamos ser "maestros" de todos. "Ser maestro" (dar luz) no es un título que alguien adquiere de una vez para siempre, sino una consecuencia de la propia luz que nos constituye.
En ausencia de luz, estamos a oscuras y caminamos a ciegas: es la ignorancia que perpetúa el sufrimiento. Por el contrario, en la medida en que empezamos a "despertar", percibimos como todo se va iluminando progresivamente, y ello hace que, aunque aparentemente nada haya cambiado, veamos todo de un modo nuevo.
La "medida" con la que la Vida se nos regala la ponemos nosotros mismos porque parece que todo el universo se rige por esta ley: recibimos lo que entregamos. Quien esconde su " talento" -decía Jesús en otra ocasión-, lo anula y se priva de su beneficio y bendición. Por el contrario, cuando lo ponemos en acción, nos regala frutos insospechados (Mt 25,14-30). En realidad, se nos ha dado todo, -"todo es gracia"- al hacernos conscientes de ello y "cooperar" en su desarrollo, parece como si cada vez nos dieran más; por el contrario, si nos instalamos, nos parecerá que perdemos incluso lo que ya creíamos haber alcanzado.

...Jesús recurre al absurdo para que se graben mejor sus palabras: lo mismo que el destino de la luz es lucir desde lo alto, iluminar y permitir la visión, el oído lo tenemos para escuchar y para entrar en comunicación con los demás. Tan absurdo como esconder una luz debajo de la cama sería encerrarse en lo ya sabido, o creer que no necesitamos las palabras de los demás. Sobre todo, de esa Palabra que viene a caldear nuestra vida y a sacarnos de la oscuridad.


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