Semillas
de contemplación
Cada momento y cada acontecimiento de la
vida de todas y cada una de las personas sobre la tierra siembra algo en su
alma. Pues del mismo modo que el viento arrastra miles de semillas aladas, así
también cada momento lleva consigo semillas de vitalidad espiritual que se
posan imperceptiblemente en las mentes y voluntades de los seres humanos. La
mayoría de estas innumerables semillas perecen y se pierden, porque los hombres
no están preparados para recibirlas, pues tales semillas sólo pueden brotar en
la tierra buena de la libertad, la espontaneidad y el amor.
Esto no es nuevo. Hace mucho tiempo que
Cristo nos dijo en la parábola del sembrador: "La semilla es la Palabra de
Dios".
...Y en todas las situaciones de la vida
la "voluntad de Dios" se nos manifiesta, no como una mera orden
externa de una ley impersonal, sino más bien como una invitación interior de un
amor personal.
¡Es tanto lo que depende de nuestra idea
de Dios..! Sin embargo, ninguna idea de Él, por muy pura y perfecta que sea, es
adecuada para expresar a Dios como realmente es. Nuestra idea de Dios suele
hablar más de nosotros mismos que de Él.
Pero, ¿cómo puede recibir las semillas
de la libertad si amo la esclavitud, si me arranco los ojos en nombre de
"mi libertad" porque mi ignorancia ha decidido que este es el camino
de la luz? ¿Y cómo puede estimar el deseo de Dios si estoy lleno de un deseo
diferente y contrario? Dios no puede plantar su libertad en mí, porque soy un
prisionero y ni tan siquiera deseo ser liberado. ¿Puede haber algo más triste
que eso pájaros nacidos en cautividad, acostumbrados a cerrar su jaula desde
dentro?... (Thomas Merton & Cía.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario