LA
VIRGINIDAD DE MARÍA
«Todo el Antiguo Testamento está animado
por la paradoja del poder del débil, de la exaltación del pobre, de la
fecundidad de la estéril, y esta paradoja alcanza su forma más violenta en el
"escándalo de la Cruz", esa "debilidad de Dios más fuerte que
los hombres" (1 Cor 1,23). Lucas no describe en María una forma heroica
de la virtud de la castidad: lo que ve en ella es una fe y una esperanza
radicales, totalmente despojadas de confianza en la criatura, totalmente
abandonadas a Dios. La virginidad de María no tiene tanto de virtud moral
-"como tanto le gusta al pensamiento griego"- cuanto teologal;
manifiesta más una actitud ante Dios que un esfuerzo de purificación.
Representa el ser humano que no cuenta con sus propias fuerzas, y puede ser comparada
con el vacío sobre el que el Espíritu planeaba en los orígenes».
(Louis Legrand)
«Ante ti mi oración, una letanía de
nadas:
-El cuenco de un odre, NADA.
- El vacío de una casa, NADA.
-El orificio de una flauta, NADA.
-El silencio de una partitura, NADA
-El domingo en la semana, NADA.
Viento sagrado, sopla sobre mí.
Hace mucho que no tenías semejante
flauta
para llenarla de música».
(Anónimo)
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