SUFRIMIENTO Y CRECIMIENTO ESPIRITUAL...
El sufrimiento nos
conduce al crecimiento espiritual, siempre que lo aceptemos adecuadamente. Nos
ayuda a examinar de nuevo nuestras vidas y motivos si permitimos que nos
purifique. Las personas que han experimentado en sus vidas muchos sufrimientos
inmerecidos consiguen, a menudo, una sabiduría profunda; una paciencia probada
y una capacidad de amar realmente refrescante, cuando damos con ellas. No te
piden nada; están dispuestas a aceptarte tal como eres. No van por la vida
esperando que los demás les sirvan; buscan oportunidades de ayudar a otros. No
son muy posesivos con lo que tienen, sino que consideran cada cosa como un don.
El sufrimiento no nos
produce, automáticamente, este efecto. Muchas personas se amargan con el
sufrimiento, su personalidad se encoge y se convierten en egocéntricas y su
inteligencia se empequeñece como resultado de tal experiencia. Y lo importante
no es lo que nos ocurre, sino nuestra actitud y la respuesta que damos. Y es
sólo la respuesta de la fe y el propio abandono lo que nos hace libres. Nos
libera de las preocupaciones del pasado y de las ansiedades del futuro. Libres
de lamer nuestras heridas y desear la venganza. Libres para ver la realidad tal
cual es y no distorsionada por nuestro propio dolor. Libres para la plenitud de
cada momento. Ésta es la verdadera liberación del Espíritu y, a menudo, nos
llega a través del sufrimiento de sernos arrebatado todo lo que creíamos
dependía de nosotros. Nos liberamos del miedo en la medida que nos liberamos de
nosotros mismos.
Cuando la muerte nos
arrebata a los seres que amamos, entonces, y sólo entonces, nos es dado
acercarnos a las puertas de la felicidad. Alguna vez, cuando todo lo que
hayamos conseguido sea el Señor Cristo Jesús, descubriremos que en Él lo tenemos
todo, incluso a los que creemos que se van... Pero de nada sirve que nos lo
digan desde fuera, porque lo terrible que se nos pide es que nos atrevamos a
desgarrar el corazón desde dentro... para que nos sea dado descubrir el
manantial que salta hasta la vida eterna.../.
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