EN EL MANANTIAL

EN EL MANANTIAL
ESTUDIO DEL PINTOR

sábado, 31 de octubre de 2015

GITÁNJALI - 52 R. TAGORE


GITÁNJALI - 52

Pensé que debería pedirte
-más no me atreví-
la guirnalda de rosas
que llevabas al cuello.
Esperé a la mañana.
Cuando te fuiste, busqué,
como una mendiga,
algún pétalo olvidado en el suelo.
Y ¿qué encontré? ¿Qué signo de tu amor?
Ni flores, ni especias,
ni un frasco de perfume,
sino tu temible espada,
brillante como una centella,
formidable como un rayo con sus truenos.
La primera luz de la mañana
entra por la ventana y se extiende por el lecho.
El pájaro matinal trina y pregunta:
-Mujer, ¿qué has ganado?
-Ni flores, ni especias,
ni un frasco de perfume,
sino la espada terrible.
Me siento a meditar maravillada:
¿qué significa este regalo?
No encuentro un sitio para ocultarla,
me avergüenza llevarla conmigo,
pues soy tan endeble que me duele
si la aprieto contra el pecho.
Sin embargo, llevaré en mi corazón este honor,
el peso de este dolor, este regalo tuyo.
Desde ahora no temeré nada en este mundo,
y saldré victoriosa de todas mis luchas.
Me has dejado la muerte como compañera,
y yo le daré la corona de mi vida.
Tu espada estará conmigo
para romper toda atadura
y no temeré nada en este mundo.
Desde ahora renuncio a cualquier otro adorno
Señor de mi corazón, no habrá más esperas
ni lloriqueos por los rincones,
ni falsa timidez, ni mimos.
Me has dado tu espada como atavío.

(R. Tagore; traductor: M.D Gárriz, SJ; Edit. Mensajero)

No hay comentarios:

Publicar un comentario