LA NUEVA EVANGELIZACIÓN 2019
La nueva pastoral vocacional
-¡Arriba las manos! ¡Dame lo que tengas de valor antes de que te meta
cuatro tiros!
-¿Un atraco? ¿Y entras en una iglesia franciscana? ¿Y te diriges al
confesionario?...
-¡Que te calles! ¡Qué todos los frailes sois ‘mu’ falsos! ¡Que se os llena
la boca con cosas como: “Todo amanecer se engendra en la oscuridad de la
noche”, ‘nos ha jodio’, y al peral, cuando le dejan, da peras! Otras como “flores
en primavera, frutos en verano, hojas en otoño y fría nieve en invierno”, ¿es
que por decir lo evidente os transformáis en cagadores de nata? ¡Que te voy a
meter los cuatro tiros sin necesidad de que me des ‘na’!
-Puesto que ya me has condenado, imagino que tendré derecho al ‘porrillo’
antes del fusilamiento…, que vamos a ver
si vas tú a ser menos que los militares, que conceden ese especial pitillo a
los condenados, que eso que tienes en la mano es una ‘nueve milímetros
parabellum’…
-¡Qué ‘porrillo’ tío! ¡Un cigarrillo y vas que te matas! ¡Qué te voy a
matar yo!... ¿y cómo conoces tú el calibre de la pipa?...
-¡Es que yo hice la ‘mili’! ¿No traes nada liado, que armas, desesperación
y drogas suelen ir juntas?… Y además ya sabes lo perjudicial que es el tabaco
para la salud.
-¡Yo no he venido a que me confieses! ¡Y deja de calentarme la cabeza, que
te descerrajo ahora mismo el cargador! Y en fin, sí, traigo uno ‘liao’, y como
te voy a matar, no me importa que te lo fumes.
-Pero no aquí, ¡hombre de Dios!, vamos a la sacristía, que a esta hora
comienzan a aparecer algunas feligresas y no estaría bien que se encontrasen
con este espectáculo.
-¡No me comas la cabeza! ¡Vamos a la sacristía y terminemos con esto de una
vez!¡Mira que esta ‘maría’ es de cosecha propia!
…Y allí, en la sacristía, como empezó pegándole él, comenzamos a hablar de
lo humano y de lo divino y de todo lo demás (lo demás era que llevaba más de
uno ‘liao’, y como en las sacristías vino tampoco falta)… y a mí que me da por
hablar, y en ese estado, con línea directa, sabiendo que el próximo paso, que
sería el último, serían cuatro tiros…, yo no sé qué diría y qué no diría, pero
finalmente le escuché decirme:
-Entonces, ¿a ti cuatro tiros te dejan en la gloria?...
-¡Hombre, no por merecimiento! ¡Por oficio, tampoco! ¡Será por gracia, o no
será!
-¿Y se puede vivir así, aceptando la posibilidad de la muerte a cada instante?...
-¿Se puede vivir de otra manera?... Creo que era san Bernardo de Claraval
el que decía que para una vida en plenitud y sin engaños no había como
representarse a cada instante la vista del propio cadáver.
…Algo tuvo que suceder, porque lo último que recuerdo es que terminé
mandándolo al ‘maestro de postulantes’, en nuestro convento de San Diego de
Canedo, en Puenteareas, porque el muchacho estaba en la edad. Me dejó la
pistola, la ‘maría’, el tabaco, el papel…
-¡El Señor es mi pastor, nada me falta!
[Pdta. “Sin sentido del humor tampoco se podrá entrar en el cielo”]
(La oración de la rata; Tony del
Maillo, Editorial Ciruela).
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