viernes, 19 de diciembre de 2014
miércoles, 17 de diciembre de 2014
martes, 16 de diciembre de 2014
sábado, 13 de diciembre de 2014
jueves, 11 de diciembre de 2014
lunes, 8 de diciembre de 2014
lunes, 1 de diciembre de 2014
sábado, 29 de noviembre de 2014
miércoles, 26 de noviembre de 2014
martes, 25 de noviembre de 2014
lunes, 24 de noviembre de 2014
sábado, 22 de noviembre de 2014
miércoles, 19 de noviembre de 2014
lunes, 17 de noviembre de 2014
El ser humano, un ser para la felicidad... (AG)
En su comentario
al Cantar de los Cantares, Bernardo de Claraval no teme afirmar que Dios nos ha
deseado primero, hasta el punto de crearnos a su imagen. San Bernardo
afirma expresamente: "Os aguarda el Padre y os desea... por sí mismo"
Y santo Tomás, poco sospechoso, escribe: "El ser humano puede tender hacia
Dios más vivamente por el amor que concibe pasivamente (o sea, concibiéndose
amado por Dios) cuando Dios le atrae hacia sí, que cuando no tiene otro medio
que su propia razón para impulsarle al amor". Parafraseando a santo Tomás,
pero mirando acertadamente de reojo a Lacan, Julia Kristeva escribe:
«¿Tomista, Lacan?, ¿fue Marx hegeliano?, ¿el uno
sin Dios, el otro sin Espíritu absoluto? Inútilmente, en el imposible y con todos
los riesgos de fallo. Pues, si no hay Creador, ¿de dónde vendría ese bien appetibilis (apetecible) que nos haría amar?,
¿de dónde vendría la naturalidad significativa
de las pulsiones del deseo, del amor? Descartando al Creador, descartamos al fundamento
del bien»
sábado, 15 de noviembre de 2014
viernes, 14 de noviembre de 2014
miércoles, 12 de noviembre de 2014
M. Eckhart dixit...
«La verdad es -escribe el Maestro
Eckhart- que Dios sentiría una alegría tan grande e inefable por aquel que le
fuese fiel, que aquel que frustrase esa alegría le frustraría totalmente en su
vida, su ser, su deidad.., le quitaría la vida, si es que uno puede hablar
así».
martes, 11 de noviembre de 2014
domingo, 9 de noviembre de 2014
sábado, 8 de noviembre de 2014
viernes, 7 de noviembre de 2014
APARTAMIENTO... Y CAÍDA...
APARTAMIENTO...
Y CAÍDA...
Al apartarse del
Principio de su ser y de todos los seres, el hombre cae en el no-ser:
"Privados del pensamiento de Dios y vueltos hacia la nada (pues el mal es
el no-ser y el bien es el ser), los hombres quedan privados también para
siempre del ser". De este apartarse de Dios se derivan para el hombre
todos los males, pues pierde todos los bienes divinos de los que ya participaba
y que estaba llamado por naturaleza a poseer en plenitud. En efecto, "de
Dios toma su bondad todo lo que es bueno; por tanto, el que se aleja de Él va hacia el mal". Al apartarse de Dios,
al negarlo e ignorarlo, el hombre se aparta de su auténtica naturaleza y de su
verdadero fin que consiste en asimilarse a Él por el Espíritu. Pervierte así
sus facultades, orientadas por naturaleza hacia Dios, y desvía las tendencias impresas
en su naturaleza. De ello se derivan los peores desórdenes: para su ser entero,
que deja de estar orientado hacia su objetivo normal; para su alma y su cuerpo,
los cuales dejan de realizar su condición natural de unión con Dios. "El
que se aleja de su propio principio, cuando resulta ser una parcela de Dios en
razón de la virtud que se la ha dado, es arrastrado de manera irracional hacia
el no-ser. Con motivo se dice que decae, pues ya no se mueve según su principio
y su causa, según la cual, en la cual y por la cual ha venido a la existencia;
se halla en un equilibrio inestable y en un espantoso desorden del alma y del
cuerpo; se convierte en autor de su propia decadencia desde la causa inherente
y siempre idéntica a ella misma hacia lo peor, por haberse apartado adrede. Por
tanto, se dice que cae desde arriba, ya que, teniendo el poder de dirigir los
pasos de su alma irresistiblemente hacia Dios, ha cambiado voluntariamente lo
mejor y el ser por lo peor y el no-ser". (JCL; TEE)
jueves, 6 de noviembre de 2014
SER O NO SER...
SER O NO SER
Fuera de Cristo, el
hombre no es ni verdadera ni plenamente hombre; está por debajo de su
naturaleza, vive con una parte de sí amputada, permanece en un estado de
alienación. Sólo al convertirse en Dios por adopción filial en Cristo, el
hombre llega a ser hombre integral, hombre perfecto, y se adecua a su propia
naturaleza. Pues no tiene una naturaleza humana perfecta sino gracias a la
unión con la naturaleza divina, lo cual se realiza en la persona de Cristo, y a
su vez todo hombre puede realizarlo asimilándose a Él. El hombre es teantrópico
por naturaleza: si no es hombre-dios a semejanza de Dios-Hombre no es hombre;
el hombre, definido por sí mismo, independientemente de su relación con Dios
inscrita en su misma naturaleza, es un ser no humano. No existe la naturaleza
humana pura: el hombre es hombre-dios o no es. (JCL; TEE)
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