SER O NO SER
Fuera de Cristo, el
hombre no es ni verdadera ni plenamente hombre; está por debajo de su
naturaleza, vive con una parte de sí amputada, permanece en un estado de
alienación. Sólo al convertirse en Dios por adopción filial en Cristo, el
hombre llega a ser hombre integral, hombre perfecto, y se adecua a su propia
naturaleza. Pues no tiene una naturaleza humana perfecta sino gracias a la
unión con la naturaleza divina, lo cual se realiza en la persona de Cristo, y a
su vez todo hombre puede realizarlo asimilándose a Él. El hombre es teantrópico
por naturaleza: si no es hombre-dios a semejanza de Dios-Hombre no es hombre;
el hombre, definido por sí mismo, independientemente de su relación con Dios
inscrita en su misma naturaleza, es un ser no humano. No existe la naturaleza
humana pura: el hombre es hombre-dios o no es. (JCL; TEE)
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