CUANDO CREO, NO CREO CREER;
Y CUANDO NO-CREO, NO-CREO QUE NO-CREO...
EVANGELIOS
DE LA INFANCIA (porque la Fe no va a piñón-fijo)
Relatos
iluminados por la Luz Pascual
Los relatos de Mateo y Lucas sobre la
infancia de Jesús nos proponen una teología tan elaborada como la de Juan en su
"Prólogo".
La diferencia entre ellos está en que
Mateo y Lucas utilizan otro género literario: el narrativo
-"lenguaje-midrásico"- que se empleaba en las sinagogas
contemporáneas de los evangelistas. Pretendía una relectura actualizada de la
Escritura y subrayar el perdurable carácter modélico de algunos de los
personajes bíblicos. De un modo algo simplificador, podemos definir el midrash como una reflexión o comentario
-que también recogía tradiciones- a un texto o textos de la Escritura hecho en
forma de homilía o de relato.
Los evangelios de la infancia de Jesús
siguen este procedimiento, y recogen también tradiciones orales de las primeras
comunidades cristianas. Lo hacen para expresar que Jesús es el Hijo de Dios
desde su concepción y su aparición en la tierra es la culminación de la
Historia de la Salvación.
Por tanto, en los relatos de la infancia
de Jesús, debemos distinguir el mensaje que Mateo y Lucas quieren transmitirnos
y el género literario que utilizan para hacerlo. Estos relatos son el vehículo
de la teología de cada evangelista, que estaban más preocupados por el
significado del acontecimiento que por la historia. Este mensaje -que Jesús era
Hijo de Dios desde su concepción- es lo perdurable, aunque lo hayan revestido
de elementos no-históricos. Y los "adornos" que han puesto a ese
mensaje teológico, como historias maravillosas, narraciones de prodigios y un
lenguaje poético, plástico e imaginativo -que, desde luego, entendían bien sus
lectores, porque estaban en al ambiente sinagogal del judaísmo y de las
primeras comunidades cristianas-, aunque bellos resultan algunos de ellos
históricamente muy dudosos (incluso contradictorios entre sí).
Mateo y Lucas pensaron que sus relatos
de la infancia de Jesús eran unas introducciones apropiadas a la vida y
trascendencia de Jesús. Darles menos valor que a otras partes de sus evangelios
es interpretar erróneamente el pensamiento de los evangelistas, para quienes
los relatos de la infancia eran un vehículo adecuado del mensaje que querían
transmitir. Desde este punto de vista, los relatos de la infancia, que son
inseparables del resto de sus respectivos evangelios, son una obra maestra. (REB)
Pero esto implica el reconocimiento de
que "hay otros modos distintos de instruir a un pueblo". La historia
no es el único género bíblico para que Dios nos hable y nos manifieste su amor;
y así lo ha hecho, utilizando, además de la historia, leyendas populares,
folklore y cantos de amor (como el Cantar de los Cantares).
Los relatos de la infancia de Jesús nos
presentan la identidad de Jesús, identidad que se había aclarado y manifestado
a la luz del acontecimiento pascual. Están escritos, por tanto, a la luz de la
Pascua, cuando ya está claro para sus seguidores que Jesús es el Mesías,
Salvador, Hijo de Dios. De manera narrativa explican la identidad de Jesús
resucitado, aplicada retrospectivamente a su infancia. Así se comprende una de
las características de esos relatos que llama la atención: en Mt 1-2 y en Lc
1-2, los títulos mesiánicos se acumulan para designar de antemano, ya desde su
concepción y nacimiento, al Resucitado. Los relatos de Mateo y Lucas son mucho
más "proclamaciones
de fe" que páginas neutras de una crónica histórica. Quieren
darnos un "conocimiento interno" del misterio del Señor, "para
más amarle y seguirle" (diría Ignacio de Loyola), y no tanto un
"conocimiento externo". Hay, pues, que situarse ante estas narraciones
con un talante contemplativo. (FR)
Su finalidad no es contar una serie de
anécdotas de un recién nacido en Belén, sino proclamar a Cristo viviente, que
se hizo hombre como uno de nosotros. Por un lado, no dejan ninguna duda sobre
que Jesús es el Hijo de Dios ya desde el momento de su concepción; por otro, la
descripción del nacimiento físico subraya la verdadera humanidad de los
orígenes de Jesús.(JC)