EN EL MANANTIAL

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ESTUDIO DEL PINTOR

viernes, 23 de agosto de 2019

JESÚS Y LAS MUJERES...


JESÚS Y LAS MUJERES…

Su madre en las bodas de Caná: le cuenta lo que les pasa a los novios -que no les queda vino-, Jesús protesta arguyendo que aún no ha llegado su hora, pero María no le hace ni caso, y les dice a los sirvientes que hagan lo que él les diga. Y ahí está el tío, dándole cuerda al reló…
(Mt 15, 21,28).- "Saliendo de allí Jesús se retiró hacia la región de Tiro y de Sidón. En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.» Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.» Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!» El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» «Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.» Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija." 
Jesús estaba acostumbrado a vivir de la escucha de la Palabra de su Padre y en esta escena Él le comunica su voluntad a través de la fe e insistencia de una pobre mujer pagana. En el comienzo del encuentro, Jesús parece convencido de que Dios no le envía más que a las ovejas perdidas de Israel -¡vamos, que parece un ignaronacionalista cualquiera!-; al final, descubre gracias a la mujer que su envío abarca también a los paganos y alejados del pueblo de la Alianza. Dios sigue comunicándonos su voluntad también a través de aquellos que nunca hubiéramos pensado que eran portadores de su Palabra.
Por ello, muchas personas se escandalizan de las elecciones que Dios va haciendo a lo largo de la historia. El pueblo de Israel se consideró siempre pueblo elegido. ¿Tiene Dios acepción de pueblos? La comunidad cristiana se considera agraciada con el don de la fe. ¿Es que Dios es arbitrario y caprichoso, a unos les da fe y a otros se la niega? ¿No es la salvación para todos? Conviene tener muy claro que la fe y la elección no son privilegios que Dios otorga, sino “responsabilidades y misión” que Dios encomienda. Israel y la Iglesia están llamados a ser mediadores de salvación para toda la humanidad. Jesús parece forzar la escena para que la cananea insista humildemente en su derecho a participar de los bienes de la salvación, a pesar de ser extranjera (¡Cómo nos cuesta un Jesús al que le enseñen!). Pero la escena termina abriendo la salvación a todo el que cree: “Mujer, qué grande es tu fe”.
Y lo más curioso, Jesús es corregido y se deja corregir, por una pobre mujer cananea, una gentil, una “don nadie”. Aquí nos vendría muy bien una meditación acerca de cómo reaccionamos nosotros cuando nos corrigen, y además con razón.

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