EN EL MANANTIAL

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ESTUDIO DEL PINTOR

sábado, 19 de junio de 2021

LA VERDADERA Y PERFECTA ALEGRÍA

LA VERDADERA Y PERFECTA ALEGRÍA 

                    El mismo fray Leonardo refirió allí mismo que cierto día el bienaventurado Francisco, en Santa María, llamó a fray León y le dijo: «Hermano León, escribe».

            El cual respondió: «Heme aquí preparado».

            «Escribe –dijo– cuál es la verdadera alegría.

            Viene un mensajero y dice que todos los maestros de París han ingresado en la Orden. Escribe: No es la verdadera alegría.

            Y que también, todos los prelados ultramontanos, arzobispos y obispos; y que también, el rey de Francia y el rey de Inglaterra. Escribe: No es la verdadera alegría.

            También, que mis frailes se fueron a los infieles y los convirtieron a todos a la fe; también, que tengo tanta gracia de Dios que sano a los enfermos y hago muchos milagros: Te digo que en todas estas cosas no está la verdadera alegría.

            Pero ¿cuál es la verdadera alegría?

            Vuelvo de Perusa y en una noche profunda llegó acá, y es el tiempo de un invierno de lodos y tan frío, que se forman canelones del agua fría congelada en las extremidades de la túnica, y hieren continuamente las piernas, y mana sangre de tales heridas.

            Y todo envuelto en lodo y frío y hielo, llego a la puerta, y, después de haber golpeado y llamado por largo tiempo, viene el hermano y pregunta: ¿Quién es? Yo respondo: El hermano Francisco.

            Y él dice: Vete; no es hora decente de andar de camino; no entrarás.

            E insistiendo yo de nuevo, me responde: Vete, tú eres un simple y un ignorante; ya no vienes con nosotros; nosotros somos tantos y tales, que no te necesitamos.

            Y yo de nuevo estoy de pie en la puerta y digo: Por amor de Dios recogedme esta noche.

            Y él responde: No lo haré.

            Vete al lugar de los Crucíferos y pide allí.

            Te digo que si hubiere tenido paciencia y no me hubiere alterado, que en esto está la verdadera alegría y la verdadera virtud y la salvación del alma.»